Historia y Origen
El viaje de la concertina comenzó a principios del siglo XIX, emergiendo casi simultáneamente en Inglaterra y Alemania, reflejando el espíritu inventivo de la época en el campo de los instrumentos musicales. Mientras que la concertina inglesa fue desarrollada por Sir Charles Wheatstone, conocido por sus contribuciones a la telegrafía, la versión alemana fue elaborada por Carl Friedrich Uhlig. Estos modelos iniciales mostraban diferencias notables en su diseño y calidad tonal, influyendo así en la variedad de música para la que eran más adecuados. A lo largo de los años, la concertina ha evolucionado, con varias modificaciones que han mejorado su rango, expresividad y accesibilidad, convirtiéndola en un instrumento querido en géneros tanto tradicionales como contemporáneos en todo el mundo.
Descripción Física
Físicamente, la concertina presenta un diseño fascinante que contribuye a su sonido único y capacidad de interpretación. Cuenta con extremos hexagonales o a veces octogonales conectados por un fuelle, que se expande y contrae para producir sonido. Las teclas, dispuestas en patrones elaborados, se presionan para abrir y cerrar válvulas que permiten el paso del aire a través de las lengüetas, generando los tonos melodiosos de la concertina. Disponible en una gama de tamaños, la concertina es celebrada por su naturaleza ligera y portátil, lo que la convierte en un instrumento ideal para músicos en movimiento. Su construcción puede variar significativamente dependiendo del tipo, con diferencias en el número de botones, disposición del teclado y sistemas de afinación entre las arquitecturas inglesa, anglo y dueto, proporcionando un amplio espectro de sonidos y estilos de interpretación.
Referencias
Los intérpretes de concertina notables que han contribuido significativamente al legado del instrumento incluyen al músico inglés Alistair Anderson, reverenciado por sus actuaciones de folk tradicional, y al aclamado intérprete de música tradicional irlandesa, Niall Vallely. En el ámbito de la música contemporánea, Cohen Braithwaite-Kilcoyne destaca por llevar la concertina a la era moderna con su innovadora fusión de géneros. Estos artistas, entre otros, han mostrado la notable adaptabilidad y profundidad de la concertina, haciéndola aún más querida tanto por músicos como por audiencias en todo el mundo.